La cirugía está indicada en algunos casos de hernia hiatal y enfermedad por reflujo gastroesofágico. Se realiza bajo anestesia general.

La cirugía se realiza por vía Laparoscópica y el procedimiento principal es la Funduplicatura de Nissen, la cual consiste en restituir la presión de la válvula llamada “esfínter esofágico inferior” mediante un pliegue del estómago sobre el esófago a manera de envoltura.

El procedimiento inicia insuflando el abdomen con bióxido de carbono e introduciendo una cámara de video especial que transmite las imágenes a un monitor de alta resolución permitiendo observar el procedimiento sin necesidad de abrir el abdomen. Las incisiones requeridas son 4 o 5 de entre 5 y 10 mm.

Inicialmente se recoloca al estómago deslizado (herniado) hacia el tórax de 2 a 4 cm por debajo del diafragma y cerrando el defecto de la hernia a ese nivel, y posteriormente realizando la envoltura del esófago con una parte del estómago llamada fundus con los objetivos siguientes: Cerrar el defecto herniario para evitar que el estómago se deslice nuevamente hacia el tórax, y restablecer la presión del esfínter esofágico inferior de manera que impida el regreso del contenido alimentario, ácido, bilis y enzimas digestivas al esófago, con una presión adecuada que permita el paso adecuado de alimentos desde el esófago al estómago.

Realizar la cirugía por vía laparoscópica tiene muchas ventajas, entre ellas la cámara de video al magnificar la imagen permite al cirujano observar adecuadamente las estructuras anatómicas en esa región abdominal de difícil acceso por cirugía tradicional (abierta). Y al efectuar pequeñas incisiones el daño en la pared abdominal es menor y la recuperación es muy rápida y con dolor postoperatorio que se observa después de la cirugía es mucho menor con ello la sensación de dificultad para deglutir es menor que en la cirugía tradicional.